Jesús,
amigo, hermano,
y Dios mío.
Quiero dejarte vivir en mi corazón,
para que puedas hacer de mí
la mejor de las personas que yo pueda ser.
Una vez dijiste que tus amigos son la luz del mundo.
Me gusta eso de ser luz,
de iluminar a todos los que me rodean
con la luz de mi solidaridad,
para hacer que los que están tristes vivan en una fiesta,
para hacer que los que viven la oscuridad del rechazo,
disfruten la luz y calor de la compañía,
para hacer que los que lo ven todo negro
lo vean todo de color esperanza.
Quiero decirte sí, Jesús.
Quiero que vivas en mí,
porque no me gusta la oscuridad,
la oscuridad donde me encierra mi egoísmo
la oscuridad donde me atrapan mis enfados,
la oscuridad donde me hunden mis caprichos,
la oscuridad de tantas cosas malas de este mundo.
Quiero decirte SÍ, Jesús,
para que me llenes de tus luces de colores,
colores de alegría, de esperanza, de vida.
Quiero que me ayudes a sentir
el calor de tu luz de amistad dentro de mí,
porque así podré ser para los demás
tu luz y calor de amistad
con mi forma de obrar y actuar.
Así podré ser luz de esperanza
para los que me rodean cada día.
Cáritas Madrid, 2013