Ser bendición, como tú.
Con palabras. Con gestos.
Con miradas. Con silencios.
Ser agua fresca
que alivia, que limpia,
que sacia la sed.
Ser verbo sincero
que abre puertas,
despeja caminos cerrados,
pone luz en brumas.
Ser mano amiga
que apoya, anima,
sostiene, alienta,
acaricia y sosiega.
Ser eco
de la música de Dios.
RezandoVoy