Llegaba a la experiencia un poco desorientado por no saber bien que era lo que iba a vivir, no sabía que era el experimento que me tocó y fui con la idea de dejarme sorprender.
Desde esa primera noche que llegamos a Łódź ya se respiraba un aire ‘raro’, distinto y sin dudas había un tercero en el medio que hacía esto posible. Esa tarde noche que nos juntamos por primera vez con los del experimento me sentí un poco raro y desganado, el idioma era una traba un poco importante pero desde que partimos, al día siguiente, no quedaba otra que SER YO. Como experimento me tocó peregrinación al sur de Polonia con amigos franceses, polacos, estadounidenses y algunos de ARU, si bien no pude encontrar un espacio profundo de oración personal me gustaba mucho cuando en la misa cada uno rezaba el padrenuestro en su idioma de origen, era algo hermoso y emocionante. Con el correr de los días disfrutaba cada vez mas los círculos magis y el poder escuchar lo que compartia cada uno.
Algo muy lindo fue también poder celebrar la misa en el medio de la montaña y la oportunidad de encontrarse con Jesús en esos lugares increíbles, la visita al santuario de Jasna Góra y la posterior Vigilia fue algo que lo disfrute mucho también.
Ahora me queda poder contagiar y transmitir lo vivido a los que no pudieron ir y tratar de plasmarlo en lo que me toca hoy: en mi servicio y en mi vida cotidiana. Estoy totalmente agradecido a Dios por la experiencia vivida y por las personas que conocí, sin dudas es una experiencia altamente recomendable para seguir creciendo y animarse a seguir buscando cada uno su MAGIS.
Les dejo una frase de Francisco que también me quedó dando vueltas: «Y tú, querido joven, ¿has sentido alguna vez en ti esa mirada de amor infinito que continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza?»
Mariano Benitez
MAGIS 2016 (Cracovia, Polonia)