Dame un punto de apoyo
desde el que pueda vendar mis resquemores,
soltar del hombro el desconsuelo
y todavía de noche, sentir el día amaneciendo.
Dame un punto de apoyo,
que me libre para siempre del retrato del pasado,
que me suelte con ternura de lo mal llamado “mío”,
que me abra a lo desconocido sin esquemas previos.
Dame un punto de apoyo,
para ser en el mundo valedor de la alegría,
indicio de ese amor con que nos amas,
aval de un corazón sin coraza ni envoltura.
Seve Lázaro, sj