Al terminar este año, Señor, quiero darte las gracias
por todo lo que he vivido.
Gracias por los días de sol y por los nublados y tristes;
por las tardes tranquilas y por las noches oscuras.
Gracias por la soledad, por el trabajo,
por las dificultades y por las inquietudes;
gracias por todo lo que me acercó más a Ti.
Pronto iniciaremos un año
y detengo mi vida ante el calendario aún sin estrenar.
Te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer
y caridad para amarte cada día más
y hacerte amar de los que me rodean.
Suplico que derrames sobre el mundo
la paz y la alegría,
la fortaleza y la prudencia,
la claridad y la sabiduría.
Para el año nuevo,
¡venga a nosotros tu Reino, Señor!