¿Qué somos sin los otros? ¿Cómo autoconocernos, si no es a través de la experiencia que nos da el encuentro con el otro? Es que hay algo en el compartir. Hay algo en el salir de uno mismo, que lo que devuelve es (casi paradójicamente) un mayor conocimiento propio.
Pensemos en nuestros dones, nuestras capacidades, lo que podemos hacer: ¿qué es un don individual, sin nadie que lo perciba, que lo escuche, que lo mire, más que su dueño? Y sin nadie que reaccione ante él, sin nadie que le devuelva una respuesta. Una respuesta, una reacción de un otro, a partir de la cual el don pueda percibir, pueda constatar, que existe.
Es en el -constante, permanente- encuentro con el otro donde descubrimos lo que somos capaces de dar. Es allí donde nos (re)descubrimos a través de lo que el otro nos cuenta: nos vemos a nosotros mismos -nos proyectamos- en ese otro que ríe, que sufre, que ama. Y entonces, no quedamos inmune ante tal experiencia, no podemos. Nos movilizamos: sentimos con ese otro, reímos, sufrimos y amamos con y a ese otro.
Muchos definen al hombre como un ser social. Me suena un poco fría esa definición, o al menos, incompleta. No creo que el vínculo con el prójimo (el más próximo, con quien me toca compartir la vida) se reduzca eso. Me cierra más pensar que estamos hechos de la misma madera, y que por eso, de alguna forma estamos conectados. Por eso nos vemos en el otro, por eso la empatía, por eso comprendemos al otro. Y sí, necesitamos del otro. Necesitamos que alguien nos devuelva la mirada, una mirada de afecto, y también que nos proponga otra diferente; necesitamos de un otro que nos confronte. ¿No necesitamos la diferencia? ¿No es la diferencia lo que alimenta el constituirnos, construirnos, como individuos?
Es que estamos hechos de la misma madera, pero hemos transitado caminos diferentes, que hacen a diferentes historias, a diferentes vivencias, a diferentes personas. Y en el encuentro con el otro, cuya única similitud que compartimos es la diferencia misma, esa diferencia no impide comprendernos, y en el comprendernos, compartir, perdonar y amar.
Grupo de Comunicación San Ignacio
Red Juvenil Ignaciana Santa Fe