Miro hacia atrás, y veo mis dolores
recientes e insepultos,
y toda mi vida ambigua y generosa
ya bajo la tierra sepultada a paladas de días y de olvidos.
Miro hacia delante,
y me veo en la vida que engendré ayer al sembrarme,
creciendo hoy delante de mí mismo,
en la risa sin trampa de los niños,
en el ritmo de los jóvenes que estrenan horizontes,
en las comunidades que se unen
contra las fuerzas de la muerte.
Mi vida ya va en todos ellos delante de mí,
más fuerte que yo,
marcándome el camino,
tirando de mis pasos.
Hoy, en este instante
Escojo el futuro y resucito.
Benjamín González Buelta sj