En tu abismo, quiero lanzarme y quiero habitar,
En tu abismo, me dejo abrazar y contener,
En tu abismo, todo mi ser se llena de vida vaciándome.
En tu abismo, Vos mismo te fuiste descubriendo.
Sentado a la derecha del último
para desde allí volver a recrear,
para volver a recrearnos.
Todo está cumplido en el abandono,
la entrega y la confianza,
Donde la Palabra se llena de silencios
para parir libertades.
Libertades que nos nombran,
que nos hacen ser.
Tu abismo es el Camino,
es la puerta estrecha.
Tu abismo es el amanecer
que hace nuevas todas las cosas
y a nosotros también.
Marcos Aleman, sj