Una vez más, cientos de miles de argentinos se congregaron en las principales ciudades del país para hacer oír los derechos de aquellos que no tienen voz.
No es fácil hablar sobre un tema que divide al país. Menos aún cuando la idea termina siendo intentar convencer al otro, al que piensa distinto. Tal vez ese no sea el punto; no apelar a la retórica, sino a los sentimientos y al respeto. Pero también es cierto que hay cientos, miles de vidas en juego, de mujeres en situación de vulnerabilidad y de los niños que llevan dentro.
Quienes enarbolan al verde como bandera sostienen que la otra vereda es anti derechos, cuando desde este punto de vista se piensa en aquellos que no pueden alzar su voz.
Alegan que quienes están en contra del proyecto de ley defienden fetos, pero que se olvidan de los niños una vez que nacen. Atacan a la Iglesia, siendo ésta quien se encarga de dar contención a miles de niños en todo el país. Aquí hay muy pocas verdades absolutas, pero valoremos todo el contexto, no con una visión parcializada. De esta forma, podemos decir que también existen muchas organizaciones a favor del aborto que colaboran con la sociedad.
Pase lo que pase este miércoles, cuando la Cámara de Senadores trate el proyecto, tal vez todos debamos seguir planteándonos cosas. ¿Cuál es el país que queremos construir? ¿Cómo queremos hacerlo? ¿Qué estoy dispuesto a hacer yo, desde mi posición?
Que no quede en una marcha, que no se limite a una discusión u opinión cerrada, que sea una oportunidad para que podamos realzar nuestro compromiso con la realidad social que tenemos como país.
Ignacio Pueyo
Foto: La Voz