Un día sin esperarlo, me llegó la invitación a la Misión “San Francisco Javier” en Uruguay. Al no haber hecho nunca una experiencia de este tipo, estaba con muchas dudas acerca de cómo sería. Lleno de preguntas que se me venían a la mente, decidí dejar todo en manos de Dios. Sentí que algo me hizo dar un sí sin pensarlo.
De esa manera me prepare para encontrarme con algo “nuevo”, gente nueva, caras nuevas y amistades nuevas.
Fue un gran desafío dejar el estudio y todas las tareas cotidianas para ir a misionar a un lugar en donde estaba alejado de mi hogar, en otro país, alejado de todas mis “comodidades”, con gente que no conocía.
Sin duda alguna, el recibimiento de la gente del lugar fue grandioso, la alegría y las ganas de compartir eran inmensas.
En sus miradas se reflejaba la necesidad de expresar sus emociones, sus preocupaciones, sus problemas, hasta incluso sus alegrías.
“Tu forma de amar nos mueve a amar”.
Recorrer cuadras y cuadras hablando con los vecinos, invitándolos a formar parte de nosotros, de nuestras actividades, me transformó por completo. El amor que recibía era grandioso. En ese momento me di cuenta de que realmente era yo el que estaba siendo misionado.
Aprendí muchas cosas desde la humildad de cada una de las personas que se me cruzaron en el camino. Me llevo una parte de ellas en mi corazón. Compartí muchos momentos que me llenaron el alma. Terminaba el día con una paz interior que no se podía explicar con palabras. Mi fe se reafirmó por completo.
Veía el amor de Cristo en todos los detalles, en mis compañeros de misión, en cada actividad del día, en cada persona que me dejaba pasar a su casa sabiendo que yo era un desconocido para ellos. Todo esto no hubiese sido posible sin el amor de Cristo que se reflejaba por todas partes y nos acompañaba a cada hogar que visitábamos.
Con total certeza puedo decir que la misión fue algo que me formo en muchos aspectos de mi vida. Vuelvo con el corazón pleno, lleno de alegría, y con muchas ganas de seguir misionando. Ese SI que me movió a esta experiencia de misión fue Dios, un SI de seguir escuchando, un SI a seguir trasmitiendo alegría, un SI a seguir aprendiendo, y sin dudas, un SI a seguir creciendo en la fe.
Matías Leal
Misión San Francisco Javier
Ciclo San José, Uruguay (2017-2019)