Señor, no sé qué hacer, este problema me supera.
Y hasta me rebelo por dentro pensando
que Tú no comprendes el dolor humano.
Si tu poder es infinito
y tu amor es tan grande,
podrías evitarnos estas tremendas angustias.
No entiendo, Señor,
esto es más grande que mi mente.
Y no sabría cómo defenderte, si alguien te acusara,
si alguien te acusara de despiadado. Y, sin embargo, Señor,
sé que sin Ti todo es peor,
sé que tampoco encuentro respuesta en otras partes,
y que mi único consuelo es dejar todo en tus manos.
Porque también de los males
Tú puedes sacar algo bueno
tarde o temprano.
Espero en Ti, Amor,
en la oscuridad de mi poca fe,
en la debilidad de mi amor.
En la angustia de mi impotencia
quedo en tus brazos.
Espero en ti, Señor,
aunque hoy no te vea
ni te sienta.
Olga Echenique y equipo