Señor, esta noche brilla la luz de tu resurrección
sobre el mundo,
como una esperanza nueva que nace.
El grano de trigo ha muerto para florecer
en una espiga abundante.
Señor, Tú no eres un cadáver reanimado.
Tú no eres el Viviente por excelencia,
fuente de toda vida.
Que nos penetre, Señor, el poder de tu vida,
para que por fin nazcamos a la luz del día
y seamos a nuestra vez
fuente de vida para nuestros hermanos.
Paul Guilmot