No siempre lo tiene uno todo claro. A veces solo sabes que tienes la sensación de que algo te falta. Otras veces, en cambio, parece que estás donde tienes que estar. A veces sientes que estás dando los pasos adecuados. Otras veces piensas, «¿cuándo me aclararé?». A veces ni piensas.
Hay épocas en que sabes lo que quieres, y otras en que estás confuso. Hay épocas en que todo está integrado, y otras en que todo se desintegra. Hay mañanas de pasión y tardes de apatía. Y, casi, casi, dan ganas de rezar con una mezcla de humor y enfado, y decirte, Señor, que ya nos has hecho complicados…
No sé si llamas de una manera muy estruendosa o si me invitas a ir descubriendo lo que quieres de mí poco a poco. Pero cuentas conmigo.
Anhelas que haga algo, que mi vida sea evangelio. Me sobrecoge un poco pensar que mi vida es importante, y sin embargo lo es. Cada día. Ahora mismo. Y mañana.
Tal vez seré palabra (tuya) para gente que necesita escucharla.
Tal vez seré ternura para alguien herido.
Tal vez seré cantor para apagar penas. O profeta para denunciar males.
Tal vez aprenderé de ti el amor verdadero y lo viviré al forjar mil historias.
¿A qué me llamas?
PastoralSJ