Te pido señor no tener miedo de caer,
porque sé que me sostenes,
No tener miedo a equivocarme de camino,
porque vos me esperas a donde quiera que yo vaya,
No tener miedo de abajarme, y comprender que tu reino
es para los humildes de corazón,
No tener miedo a la oscuridad
que a veces tengo en mi corazón,
porque vos sos la luz que aleja las tinieblas,
Ayudame a no temer encontrarte en cada rostro,
en cada gesto, en cada sentimiento…
Pero sobre todo, permitime no tener miedo
de amar y entregarme,
porque es el regalo más grande que me diste.
Quiero sentirte y gustarte en mi corazón
para después poder compartirte y contagiarte.
Por eso, te pido que me ayudes a animarme
a vivir con una pasión que desborde,
a arriesgarme por los demás, a emprender y ayudar.
Animarme. Animarme a algo grande
pero también a lo pequeño.
Animarme a dar y amar todo lo posible, y a veces más.
Coqui Benitez