Oír tu silencio que nunca es acallado
para poder mirar con tus ojos
y, en tu propio abandono, descubrir abrazos.
Oír tus silencios que está lleno de crucificados,
de mujeres maltratadas, de niños robados
y también de gente resucitada.
Oír tu silencio que nos libera de los roles impuestos.
Que de maestro se hace esclavo,
con toda la libertad, para lavarnos los pies.
Oír tu silencio para lanzarnos a lo nuevo.
Nuevos símbolos para el mismo misterio de amor.
Oír tu silencio de quien sabe lo que hace,
cuando nosotros no sabemos que hacer.
La Palabra se hizo Silencio
para que la Vida rebrote en Grito
arraigados en el mismo parto de una Nueva Alianza.
Marcos Alemán, sj